Hoy
conversaba con unos compañeros de PDVSA, sobre la funesta situación sociopolítica
de Venezuela, propiciada obviamente, por el gobierno actual. Veíamos
sorprendidos como, en la cola que hacíamos para obtener (rogar) un servicio, se
les otorgaba prioridad a unos ciudadanos cubanos, según su acento y la documentación
que exhibían. Lucían sus carnets de PDVSA con notable inmodestia. Tal hecho nos
llevó a parlotear, y entre tantas cosas me quedo una frase, de la cual fui
autor involuntario, retumbando en mi mente: lo que nos está afectando a los
venezolanos no es el gobierno, sino las consecuencias de sus acciones; pues
para nosotros revolución ha sido sinónimo de censura, violación de derechos
humanos, corrupción agigantada, malversación de recursos y atropello a quien decida pensar u opinar
distinto (o por sí mismo); los señores cubanos no me develaron sus mejores gestos.
Soy
de los que pienso que al señor presidente Nicolás Maduro, el escenario se le ha rarefecho
en tal magnitud, que según lo que hemos notado y expresado muchos, da muestra
de confusión, cual beodo.
Uno
de los matices de dicho estado “beodo” es por ejemplo la persecución a quienes
disentimos o decidimos opinar de una manera alternativa, y sobre todo autónoma.
Diariamente el señor Madura lanza sus soeces más despectivas, y acusa a quienes
disentimos de querer acabar con su gobierno y con los planes que llevan a cabo.
Las estrategias son distintas: visitas policiales, llamadas amenazadoras,
piedras y golpes en las puertas de nuestras casas, vigilancia por parte de los
patriotas cooperantes, agresiones a nuestros bienes, en el caso de los medios,
bloqueos en la adquisición de papel, cada quien tiene su propia gran
experiencia que contar.
He
conversado con colegas abogados, compañeros del partido político Voluntad
Popular, y al principio todos creímos que eran hechos aislados. Era no menos
que increíble pensar que por tu opinar o escribir, te podían someter a vejámenes
que violentan atrozmente la paz familiar. Sin embargo después los hechos comienzan a
demostrar que son decisiones que emergen desde las altas esferas del gobierno,
cual políticas de estado, cual directrices oficiales, despachadas en cascada
hasta llegar a los estratos más bajos de la ciudadanía. El fin es único: acallar
las voces críticas que reflejan lo que realmente está ocurriendo en el país. Sorprende
cuando un presidente desafía una sociedad al vociferar en cadena nacional que
no le importa lo llamen dictador. ¿No es esto menospreciar la democracia acaso?
Hoy por hoy el madurismo anuncia, mano dura, y promete reprimir a quien proteste
y a quien disienta; pero a los malandros que andan sueltos les crea zona de
paz.
M.sc Juan Tovar
no es nada lo que les ha pasado a los escualidos,,,,y chavista que se volteee se muere por traidor
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