
Soy
habitante de la zona media de la guajira desde hace más de 5 años. Pero ya
desde niño transitaba en estos lugares, pues me tocaba acompañar mi padre en la
misión cristiana, donde era el líder.
Conozco como se desenvuelve esta micro
sociedad, alijuna – wayuu, desde la moderna región de santa Cruz de Mara, hasta
el recóndito pueblo de Los Filuos; pasando por cada uno de sus maltrechos
pueblos: San Rafael del Mojan, Sinamaica, Paraguaipoa, Campo Mara, Los Mayales,
La Eneita, Las Palmas, el 40, Carrasquero, Playa Bonita, La Burra, Los manantiales,
Cachiri, Rio Socuy, Guana, y otras más.
Aún
tengo en mi mente recuerdos olorosos, por la gran cantidad de frutas que de
nuestro municipio emergían, hacia Caracas, Valencia y Barquisimeto. Uvas, lechosas,
mangos, nísperos, guayabas, limones, guanábanas, yuca, ajíes, pimentones,
tomate y hasta legumbres, nuestras tierras guajiras producían en abundancia.
Pero
con el correr de los años, comenzó un proceso de agudización delincuencial, que
por momentos mostraba mejorías, para después volverse inaguantable. Llego y se
profundizo la era del contrabando, de norte a sur, de Venezuela a Colombia,
desde Mara y la Guajira a Rio Hacha y Maicao.
Por
temporadas he observado las diversas modalidades por medio de las cuales se ha intentado
hacer invisible, acciones tan infaustas. A veces en pequeños vehículos, en
motos o bicicletas; la meta es pasar algo de combustible. Otras veces en vehículos
oficiales, vehículos de la empresa local del servicio eléctrico, otras veces en
vehículos de la “primera empresa petrolera del país”, otras veces en grandes
camiones que en sus costados anuncian en gigantes letras “transporta leche” o “transporta
agua potable”; pero todos saben que traslada en verdad. Todos lo saben,
militares, policías, alcaldes, gobernadores, funcionarios de inteligencia,
guardias nacionales, patrulleros municipales. Todos lo saben, porque ellos
participan del festín. Claro no tengo pruebas. Solo las imágenes que todos
vemos. Camiones cargados de alimentos, combustible o cualquier cosa, total todo
se vende muy bien en Maicao, siendo resguardados por unidades policiales o
militares. En plena vía pública se dan las transacciones económicas. Señoras de
la alta casta wuayuu negociando el paso de sus mercancías, por los puntos de
control a plena luz del día.
¡Ay de los que llaman al mal bien y al bien
mal, que tienen las tinieblas por luz y la luz por tinieblas, que tienen lo
amargo por dulce y lo dulce por amargo! Dice el profeta Isaías.
Qué tal si el profeta hubiera conocido la
guajira; cualquiera de las tres. La baja, la media o la alta. Hubiese quedado perplejo
de ver como la esencia impúdica de la creación de Dios han adoptado la maldad
por estilo de vida. Todo propiciado, permitido y auspiciado por el estado. Si por el estado. Porque el policía es EL ESTADO,
el funcionario de transito es EL ESTADO, el militar es EL ESTADO, el guardia
nacional es EL ESTADO, el funcionario de migración es EL ESTADO, el funcionario
de aduana es EL ESTADO, el fiscal del Ministerio Publico es EL ESTADO, los
jueces son EL ESTADO. Y todos y cada uno de ellos se han beneficiados del
desangre de la patria, por este lado de nuestra geografía. No soy primigenio en
esta afirmación; otros me han antecedido, en la red están.
Entonces de la nada nace la OLP. Equívocamente
el ciudadano presidente Maduro la llamo Operación de Limpieza del Pueblo, después
rectifico. De ello quiero hablar a continuación.
En
principio, toda acción de los cuerpos de seguridad contra los transgresores a
la ley debe ser discurrida como positiva. Pugnar la criminalidad con raigambre
es lo que la gran masa social venezolana le viene pidiendo a gritos al gobierno
desde hace mucho tiempo. Sin embargo, operaciones como la denominada OLP,
efectuada días atrás en la ciudad de Caracas y, practicada en el día de hoy, 9
de agosto, en la región de la Guajira, del estado Zulia, deben ser examinadas de
forma pincelada para comprobar si realmente son positivas en el cisco contra el
hampa o si, por el contrario, constituyen un artefacto fatuo desarrollado en el
proemio de una campaña electoral.
El
éxito de este tipo de acciones depende de las labores antepuestas de
inteligencia que se ejecuten. Los cuerpos de seguridad deben ser exactos en la
ubicación de los delincuentes que vapulean al sector y de las armas que los
mismos utilizan. ¿Ocurrió esto en la llamada Operación de Liberación del Pueblo
(OLP) realizada en la Ciudad de Caracas? Los resultados hablan por sí solos: de
134 personas que fueron detenidas solo 19 fueron presentadas ante los
tribunales, los demás quedaron en libertad por no estar envueltos en delitos.
En una zona donde se sabe que actúan varias de las más peligrosas y artilladas
bandas de Caracas, solo se lograron incautar 12 armas cortas (varias de ellas
revólveres), 2 escopetas y 2 granadas, según el parte oficial. Un remate
bastante pobre para una operación con tanta parafernalia, en la que operaron
cientos de efectivos de distintos cuerpos de seguridad.
Varios
familiares de las personas que perdieron la vida en la OLP de la Cota 905 han
señalado que hubo ejecuciones extrajudiciales. Entre los muertos está “un
adolescente de apenas 14 años recién cumplidos la semana pasada, que fue
ultimado cuando dormía. Residía con su mamá en Caripito, estado Monagas, y
llegó a Caracas a pasar vacaciones con su papá” (El Nacional 16/07/2015). Ya la
ONG de derechos humanos, Provea, anunció haber recibido varias denuncias de
violación de DDHH.
Por
otra parte, de poco sirve que los cuerpos de seguridad irrumpan en un sector
determinado, si incontinenti se van y dejan a la comunidad nuevamente huérfana ante
la delincuencia. Lo ideal es que luego la zona quede con presencia policial
permanente, para que los criminales no vuelvan a actuar allí libremente.
Un
ejemplo de ello lo encontramos en Brasil, cuando las fuerzas armadas entraron a
las favelas de Río de Janeiro e hicieron huir a los narcotraficantes, se
mantuvieron suministrando resguardo por algunos meses hasta que se apostaron
estaciones policiales denominadas “Unidades de Policía Pacificadora” (UPP).
Otro
aspecto que intranquiliza sobre lo ocurrido en este ¿súper? Operativo en
Caracas, es la predisposición hacia el realce de la militarización de la
seguridad ciudadana en Venezuela. Esto se produce esencialmente por la exigua
operatividad de unos cuerpos policiales que, desde hace rato, han sido excedidos
por el poder de fuego de la delincuencia. El problema es que los efectivos
castrenses no están formados para las tareas ordinarias de seguridad ciudadana,
sino para la defensa de la soberanía de la nación y la guerra. Por lo tanto,
cuando los militares acometen las funciones policiales, ponen en serio peligro
los DDHH de los ciudadanos. Esto ha sido ratificado por organismos como la
Comisión y la Corte Interamericana de DDHH.
Los
operativos policiales solo constituyen un orillo de las políticas de seguridad
ciudadana. De poco sirven si tenemos un sistema de justicia sinónimo de despotismo,
ilegalidad, y caciquismo. Un sistema carcelario que sirve como universidad del
delito y una política de prevención social del delito ilusoria.
El
problema de la criminalidad en Venezuela debe, con urgencia, ser abordado de
forma integral. Se necesita más raigambre y menos esnobismo.
La
Operación Liberación del Pueblo (OLP) es una operación que no va dirigida
a disputar la inseguridad, según el presidente Nicolás Maduro, la OLP es una
medida para embestir las prácticas del paramilitarismo de grupos criminales que
presumiblemente estarían siendo operados desde Colombia.
Existen
fluctúas del objetivo del gobierno venezolano al aplicar este tipo de medidas, estimadas
por versados políticos de renombre, como un “show electorero” que no toca las
fibras del rebenque de la inseguridad.
Que
es lo que busca entonces el gobierno con esta operación, sobre todo en esta
zona del país. Donde los empresarios del contrabando son altos oficiales, altos
funcionarios y altas personalidades. No quiero pensar que los expertos tienen razón:
no es más que un evento de índole electoral. Un desfile de supuesto poder, para
llamar la atención de los incautos venezolanos.
Ya
hoy es lunes, y con el paso de las horas sabremos que ocurrió con la Operación de
Liberación (o limpieza) del pueblo (wayuu). Prometo seguir escribiendo sobre
esto.
M.sc
JUAN DANIEL TOVAR
MALDITO ESCUALIDO DE MIERDA. FUERA DE VENEZUELA YA
ResponderBorrarGracias amigo, por el elogio. Ojala tuvieras mejores ideas que expresar.
ResponderBorrarMuy bueno tu articulo, te felicito. Siga escribiendo e informando.
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