23 de octubre de 2015

No hay respeto, ni por lo propio!



Hay aspectos álgidos, pero que necesariamente alguien debe llevarlos a la palestra.


Por unos de mis adiestramientos supe que existen dos teorías moralistas que soportan la justicia: una que mira la moralidad en las consecuencias de un acto y la otra localiza la moralidad en ciertos requisitos morales absolutos, sin tomar en cuenta las consecuencias.

No tengo dudas que el proceso por el que se ha venido arriando al noble pueblo venezolano se ha sustentado en la teoría que atiende exclusivamente las consecuencias, y que finalmente licencia a un proceso a llevar a término presuntas buenas consecuencias, sin atender en detalle cómo se llega a ellas. Particularmente pienso que desde el mismo momento en que se decide que “el fin justifica los medios”, este fin, ya está herido de muerte. Por ello pienso que este llamado “proceso revolucionario” consecuencialmente, moralistamente y justamente por haberse iniciado con diversas fallas de origen, se está defenestrando al abismo del fracaso, y con él ha de arrastrar a muchas personas e instituciones.   

Una de estas instituciones es nuestra querida PDVSA. Y de ella quiero conversar hoy. Haciendo que la verdad brille, por encima de los temores e injurias a las que se nos somete, por insistir en mostrar y evidenciar el fiasco de un modelo político-social.
Siempre he dicho que detrás de todo lo palpable o material, existe un submundo inimaginable e inentendible para  muchos, generalmente más grotesco que lo que los sentidos naturales logran captar, y el sistema político revolucionario de Venezuela, no es la excepción.
Por ello hare referencia directa a la situación física, estructural, material, que muestran las instalaciones de nuestra gran nodriza rentista.

Venezuela vive una crisis que, a mi juicio, ha sido auto infringida por un sistema decadente y aciago para el sistema productivo y económico del país. PDVSA no escapa a ello, según han afirmado dirigentes sindicales que, en otrora cerraron filas con el proceso chavista instaurado.

La decadencia de este sistema de gobierno ha sometido a la estatal petrolera a un proceso de abandono crónico, plagado de falta de mantenimiento de las instalaciones petroleras, condimentado por prácticas anti obreras desde lo interno, elementos estos que han llevado a Pdvsa a una situación de incuria, fundamentalmente por la ausencia de las inversiones adecuadas y la desaparición de los planes preventivos, que se espera tenga una industria de tal calibre.

Solo los que estamos dentro de las instalaciones sabemos el riesgo al que somos sometido. No hay duda de que los trabajadores estamos en peligro, la majestuosidad de los daños estructurales en la industria mantienen expuesta la integridad de obreros, empleados, e incluso habitantes lindantes a las instalaciones.

Hoy, a través de estas líneas efectuó un llamado sincero, ausente de lo que ustedes saben que yo sé, y de lo que yo sé que ustedes saben, a que se hagan las correcciones e inversiones para que se enaltezca la que una vez fue la primera empresa petrolera latinoamericana.   



M.sc JDT
 













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